El origen de la patata

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El origen de la patata

Origen y cultivo


El origen de este tubérculo es muy antiguo, data de hace 8 mil años y se cultivaba en América Latina, en las zonas andinas muy elevadas en donde se construían unas terrazas elevadas, rodeadas de canales cuyos conductos tenían dos funciones; por un lado, prevenir inundaciones, por otro crear un microclima llenándolos de agua que se calentaría durante el día y que evitaría la congelación de las patatas. Para estos pueblos andinos este tubérculo era el principal sustento.


¿Cómo llegó a Europa?


El explorador español Gonzalo Jiménez de Quesada, en torno al 1537, sería el primer europeo en probar la patata, en este caso cocida, y sería Pedro Cieza de León quien la trasladó en 1560 a este otro lado del Atlántico en una embarcación cargada con toneladas de patatas, además de otros productos.
Cuando llegó a Sevilla a la Casa de Contratación, la patata no interesó, los inspectores del momento pensaron que era un alimento inútil, junto con el maíz (¡qué equivocados estaban!). Pero Pedro seguía viendo su potencial, así que se llevó varios kilos para cultivarlas en Llerena, un pueblo de Badajoz donde vivían sus padres y tenían una finca agrícola.

Su crecimiento era muy sencillo, y al principio se utilizó para embellecer los jardines. Un siglo más tarde su cultivo se generalizó en zonas minifundistas como alimento alternativo al trigo y se utilizó como alimento para el ganado aunque en momentos de hambruna, los campesinos la empleaban en su cocina por no tener otra cosa que llevarse a la boca.


¿Cómo llegamos a introducirla en nuestra dieta?


Antoine Parmentier, farmacéutico, químico y naturalista francés fue el promotor principal de la defensa de la patata como alimento gracias a su experiencia como cautivo durante la Guerra de los Siete años en Prusia.

Durante su cautiverio mezcló la patata con leche y mantequilla, y ¡voilà!: descubrió el puré de patatas.

Gracias a él, pasó a ser un alimento para el consumo humano, ya que en la mayoría de Europa se consideraba no comestible, y así, podían hacer frente a las hambrunas de la época, ya que se podía sustituir el pan durante las épocas de carestía de trigo.

Más adelante, en la Península Ibérica, gracias a los cultivos transatlánticos de patata y maíz, se produciría una revolución agrícola en el país y por fin la patata pasaría a ser unos de los alimentos principales de nuestra dieta hasta nuestros días.


Otra información de interés


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